Palma, 20 de septiembre de 2022,- El concejal de Justicia Social, Feminismo y LGTBI+, Alberto Jarabo, la directora general del área, Meritxell Esquirol y la socióloga Lourdes Cano han dado hoy a conocer el informe de identificación de casos de tráfico con fines de explotación sexual en Palma, lo han hecho con motivo del Día Internacional del Tráfico de personas que se celebra el próximo viernes 23 de septiembre.

Según se desprende de este documento, el 22% de las mujeres con las que se trabajó desde el área de Justicia Social, Feminismo y LGTBI+ del Ayuntamiento de Palma en 2021, eran víctimas de tráfico con fines de explotación sexual. De ese porcentaje, un 12% estaban identificadas, un 23% detectadas y un 65% presentaba indicios, es decir, se evidenciaban elementos que indicaban que lo eran, pero no había denuncia ni verbalización expresa. Estas cifras ponen de manifiesto un aumento en la proporción de casos de tráfico con fines de explotación sexual que se contabilizan en comparación con años anteriores. Por otra parte, existe una mejora en cuanto al nivel de identificación y crecen los casos que se detectan y en los que se interpone denuncia.

El 98% de las mujeres traficadas es de nacionalidad extracomunitaria. Provienen, fundamentalmente, de cuatro países: Nigeria, Colombia, Brasil y China. La edad media es de 34,6 años, principalmente tienen estudios secundarios o primarios, aunque la mayoría no los tiene homologados, lo que repercute en las posibilidades y salidas laborales.

En cuanto a responsabilidades familiares, la mitad de las mujeres traficadas tienen personas que dependen de ellas. El 51% tiene al menos a una persona a cargo. 6 de cada 10 mujeres traficadas se encuentran en situación irregular y el 14% no dispone de tarjeta sanitaria.

Principalmente, las mujeres traficadas viven en una habitación alquilada o en una vivienda alquilada compartiendo espacio con otras personas. Casi 1 de cada 4 vive en el mismo lugar donde está explotada sexualmente, es decir que no dispone de espacios diferenciados de desconexión, intimidad y privacidad, lo que favorece la vulnerabilidad del colectivo.

En cuanto a los entornos de prostitución, el 53% ejercen la prostitución en un piso o casa, mientras que el 36% lo hace en la calle. La tendencia es situarse en contextos cerrados y deslocalizados, espacios invisibilizados más difíciles de detectar y con mayor movilidad. La mayoría dispone de red de apoyo y sus principales vínculos los establecen con amistades o compañeros y compañeras en los entornos de prostitución.

El grosor de ellas no se dedicaban a la prostitución ni eran traficadas en su país de origen. Su realidad se convierte, por tanto, en los procesos migratorios.

"Estas cifras son sólo la punta del iceberg de lo que ocurre realmente en Palma. Nos ofrecen una radiografía de la situación en nuestra ciudad y nos señalan el camino a seguir, siendo corresponsables y tomando decisiones para luchar contra este delito", ha dicho el concejal Alberto Jarabo. "Vivimos en una sociedad estructurada en las desigualdades, de la que las mujeres se convierten en empobrecidas, marginadas e incluso explotadas. En este sentido, la detección de estos casos es caudal, porque si no se detectan no se puede actuar. La detección es, por supuesto, el primer paso, y el más difícil e importante."

El tráfico con fines de explotación sexual es un delito grave que atenta contra los derechos humanos, es a la vez una forma de esclavitud que convierte a las personas en mercancía. El día de hoy es uno de los tres negocios ilícitos más lucrativos junto con el tráfico de drogas y el de armas. España es uno de los principales países de destino y tráfico de tráfico en Europa y uno de los cinco países de los que proceden mayor número de traficantes.

Se estima que en Baleares el volumen de negocio anual de la prostitución supera los 70 millones de euros. Esto significa que en Palma la prostitución podría mover más de 41 millones de euros al año,